domingo, 25 de noviembre de 2012

Detrás de cada silencio.

Era un frío día de otoño. Las hojas de los árboles estaban esparcidas por el suelo y el viento acariciaba las desnudas ramas.

Caminaba sin rumbo, por una larga avenida teñida de colores marrones y terrosos, perdida en mis pensamientos. Aún no sabía si estaba soñando o todo lo que había pasado era verdad.


Mi cuerpo estaba presente, mi cabeza y mi corazón no lo estaban. Se habían ido con él. Y así, divangando en mis recuerdos llegué a aquel parque. Una grán fuente llena de pequeños pajaritos se situaba justo en medio. Fue lo primero que vi y aquello me trajo muchisimos recuerdos de él.


Caminabamos abrazados, en silencio, mirándonos dulcemente a los ojos y sonriendo. Él paró en seco y se colocó delante de mi, depositando un dulce beso en mi frente y cogiéndome de las manos. Me aupó en sus brazos provocando en mi una sensación de felicidad plena y soltando una risita algo traviesa. Se sentó en un banco próximo y me depositó en su regazo.
Apartando un mechón de pelo que me caía por la cara, fijó su mirada en la mía. No se cuanto tiempo estuvimos así, en silencio. Y es que no necesitabamos nada más para decir lo que sentíamos. Mil palabras no eran nada para nosotros, un silencio lo era todo. Él sabía si estaba mal después de decirle lo contrario, si tenía que abrazarme por la espalda después de pedirle que me dejase sola o de quererme cómo el solo sabía hacerlo una vez que yo le pedía tiempo y regresaba a sus brazos una y otra vez.
Mi frente se posó sobre la suya, sintiendo su cálida temperatura. Su ajado dedo se dejo caer sobre mi nariz respingona, bajándo hasta mis labios y recorriéndoles. Ya me había acostumbrado a sentir esa piel tan rugosa que, personalmente, me hacía sentir bien y protegida. Como si nada en el mundo pudiese hacerme daño mientras él estuviese conmigo, mientras su mano, o incluso su dedo estuviesen acariciándome.
Apoyé mi cabeza en su hombro mientras sus labios descendían por mi cabeza, pasando por mi fría oreja y terminando en el cuello. Sus fuertes manos rodearon mi cuerpo tembloroso, apartando el frío. El silencio se hacía cada vez más presente de no ser por mis castañeantes dientes. Él se limito a soltar una pequeña risilla y a apretarme más y más fuerte contra su pecho hasta que porfin logré entrar en calor. Un calor muy reconfortante, simplemente por el hecho de que era el suyo. Y en ese momento fue cuando el silencio se hizo pleno, cuando logramos evadirnos de todo, cuando no importaba el momento ni el lugar, solos él y yo.
Pero eso solo eran recuerdos...


Recostada en la barandilla de seguridad de aquella fuente central, un suspiro ahogado salió de mi garganta. Con mi mano comencé a recorrer mi cara y mis manos, a rodearme la cintura tratando de tenerle aquí, conmigo. Una tímida lágrima recorrió mi mejilla y mi mano se deslizó por ella para borrarla de mi cara, pero me vi frenada por un tacto ajado y rugoso.


Cerré los ojos y les volví a abrir. Él estaba allí y volvió a rodearme con sus fuertes brazos de la forma que solo él sabía, inconfundible, especial. Comenzo a besarme el cuello y a mecerme de un lado para otro. Traté de girarme pero me lo impidió. Costaba creer que hubiese vuelto a mis brazos. Que tras todo este tiempo iba a volver a ser como antes. Que no era un sueño.


Mi corazón latía cada vez con más y más fuerza, y el depositó su mano sobre mi pecho para sentirlo. Era real, él había vuelto cuando ya daba todo por perdido. Me limité a hundirme en sus brazos y esperar. Disfrutar del silencio que tanto añoraba y volver a evadirme de todo. Volvía a sentir el viento en la cara, volvía a sentirme viva. Y todo gracias a él.


Y los dos, en medio de aquel parque nos quedamos callados, mirándonos a los ojos, como solíamos hacer. Y esta vez si que sería eterno y podríamos descubrir que se oculta detras de cada silencio.


2 comentarios:

  1. Me encanto esta historia es muy linda ademas esta bien descrita y es corta. Muestra que siempre se consigue un amor verdadero y que se puede ser feliz... Sigue así. Besos y abrazos ^^

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    1. Oh! Me alegro de que te haya gustado (: La verdad ya era hora de hacer algo diferente que al fin, tuviese final feliz jajajaa
      Un beso!

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