viernes, 5 de octubre de 2012

Moulin Rouge.


Allí estaban aquellas cuatro niñas. Inocentes y puras. Tendrían alrededor de catorce años, unas más y otras menos. Agarradas de la mano, en aquella calle de París bastante transitada. Era un día gris, lluvioso, apagado...

Se encontraban de pie, frente a un viejo teatro, por aquel entonces abandonado y que, en su tiempo, fue muy conocido: El Moulin Rouge. Aquel edificio había albergado los mayores espectáculos jamás vistos en la historia. Por el habían pasado las  mejores estrellas del cabaret y los musicales. Y, aunque aún no lo sabían, ellas no iban a ser menos. Pero de eso hace ya mucho tiempo.

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