jueves, 1 de mayo de 2014

20'

Creo firmemente en que la ayuda viene siempre de quién menos te lo esperas. Un día, sin esperarlo y cuando lo das todo por perdido, aparece esa persona que te dice que todo estará bien. Que te escucha, te comprende y te ayuda. Que hace que la situación parezca menos negra. Que te hace sentir mejor. Te da la mano y ayuda a que te levantes. Camina contigo y te sujeta cuando te tropiezas. Evita que cometas los mismos errores, que derrames más lágrimas. Se convierte en tu ángel de la guarda. Y te sientes segura. Y sonríes de nuevo.

Yo sé lo que es tener un ángel de la guarda y por eso doy las gracias a aquellas personas que aparecieron en mi vida de repente, sin llamar, y que ahora se han convertido en pilares imprescindibles de ella.

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